miércoles, 1 de julio de 2009

La Verdad detrás del Crimen de Alicia Delgado

El crimen de Alicia Delgado se va aclarando de a pocos. Lo que muchos suponíamos, la autoría mediata de Abencia Meza, se confirma minuto a minuto, y se presta a elucubraciones que van dejando de ser eso para convertirse en eslabones lógicos de una trama perversa.

Pedro Mamanchura la ejecuta por encargo de Abencia Meza, con una frialdad y sadismo propios de un sicópata. Algunos dicen que tenía que ver con ella, porque no se explica tanta ferocidad, salvo que él estuviera cargado de la pasión de Abencia. Pero ésto no es cierto, porque hablamos de un comando, un ser que ha sido preparado para matar y justamente de esa manera, con cuchillo y en combate cuerpo a cuerpo, reduciendo a su víctima a la indefensión, y darle muerte con toda la fuerza que resulte conveniente para lograr su propósito.

Se dice que el monto es muy pequeño, sólo 2 mil soles, y yo lo creo igual. Pero ¿acaso no estaba por escaparse al Ecuador? ¿No es cierto que hasta Colombia puedes llegar sólo con DNI? Y que para pasar a Panamá no requieres más que tener un depósito bancario que sobrepase los $40,000? Quien podría asegurar que el "pago" para Mamanchura no se halla en algún banco de Panamá, un pais donde la extradición no procede (acuérdense de Boris Fogel y el propio Montesinos), paraiso de mafiosos, narcos, dictadores y cuanta podredumbre hay en el mundo.

Que Mamanchura fue soplón de la Delgado lo confesaba la propia Meza hace unos días, y todo esto mientras trabajaba para Abencia; esa deslealtad motivó su "despido". Sin embargo, al más puro estilo del contraespionaje, se convierte en doble agente, y pasa información a Abencia estando ya al servicio de Alicia. Esta incluiría las relaciones sexuales que la Delgado sostenía con el músico Miguel Salas, la misma tarde del Lunes, apenas llegados los tres de Juliaca. A la mañana siguiente, tras múltiples comunicaciones telefónicas con Abencia, Mamanchura ejecuta el crimen.

Cometido el asesinato, emprende viaje con el carro hacia el cono norte, por donde vive Abencia Meza, portando la caja fuerte con todas las joyas que Abencia Meza alguna vez obsequió a la Delgado, incluida aquella de $ 3,000 con la que buscó reconciliarse tras la paliza de hace aproximadamente un mes. A su llegada no encuentra a Abencia, pero sí a un emisario de ésta, a quien le entrega la caja fuerte, deja el carro estacionado, y recibe un monto exiguo, sólo 2 mil soles. ¿Qué iba a hacer? ¿Acaso quejarse ante alguna autoridad por la cojudez que le dieron? No porsupuesto, no tuvo más que coger la plata, arrancar hacia la frontera, y confiar que seguramente el depósito estaría hecho a nombre de César Antúnez Loyola (su nueva identidad conforme al registro del hotel tumbesino) en algún banco del exterior.

Hay que levantar el secreto de las comunicaciones de la Meza, pero también su secreto bancario, para ver posibles giros de mucho mayor significación hacia cuentas en el exterior, especialmente del Ecuador, Colombia y Panamá. También se impone un análisis exhaustivo del semen extraido de la vagina de Alicia Delgado, para confirmar si se trata del esperma de Mamanchura, de Salas, o de alguna otra persona. El curso de las investigaciones dirá si lo que hoy postula Don Verdades es la purita verdad.