martes, 21 de octubre de 2008

Nakasaki y su arrogancia

Con gran sorpresa y mucha pena he visto hoy como César Nakasaki, limeño naturalizado chiclayano, se ufanaba ante los oyentes de RPP de un 95% de absoluciones. Quiso mi ex-amigo darle lecciones de periodismo a Augusto Alvarez Rodrich, director de Perú 21, quien con toda corrección le señalaba la responsabilidad que toca a quien cumple tal función en cualquier medio de comunicación.

La arrogancia de Nakasaki, el no aceptar haber perdido un juicio, le ha hecho perder el sentido de las proporciones, si es que no su propio juicio. Y lo digo por las desmedidas reacciones del público seguidor de la Medina, que hoy, azuzado por el abogadillo de marras, la ha emprendido en contra de la magistrada, y por poco la lincha al intentar tomar un modesto taxi.

Y es que él se la ha pasado hablando pestes de la jueza, poniendo en tela de juicio su criterio, su conocimiento y su imparcialidad. No soporta el ego de Nakasaki el que una fulana, para el cualquiera, no le diera la razón, y terminara por poner entre rejas a su patrocinada.

Que lástima ver convertido en esto a alguien que avisoraba otro tipo de trayectoria profesional. Y lo digo porque cuando joven fue muy sencillo, estudioso y dedicado. Y conste que no venía de humilde cuna, puesto que es hijo de un prestigioso y honorable galeno chiclayano, y descendiente por rama materna de una venturosa familia dedicada por generaciones a la industria del calzado.

Lamentablemente, encontró su oportunidad de fama con la defensa de lo más podrido, de aquel lumpen que formara parte del regimen fujimontesinista. No se crea que él apoya a Fujimori por su acsendencia nikei, puesto que en 1990 los Nakasaki cerraron filas en torno a Vargas Llosa, dado que candidateaba a diputado por el FREDEMO su tío carnal, Makoto Nakasaki.

Qué pena realmente, tanto por él como por los que lo tuvieron por muchos años en elevado concepto, pero esas son las vueltas que da la vida, y estas las decepciones profundas con que nos tenemos que enfrentar. Cesitar, ya estás al nivel de Ramón o de Durán Valladares, como de otros que siguieron una parte de sus vidas al lado de quien ya sabes. Te creíamos distinto, pero no lo eras, y hoy lamento que quien ya sabes sienta pesar de verte en este plan. O acaso te sientes orgulloso?