sábado, 8 de septiembre de 2007

¿Hablar bajito...? No me jodan...!!!

No saben cuanto gusto me dio escuchar a Martha Hildebrandt diciendo por la tele lo mismo que pienso ya hace tantos años.

A quien esto escribe no lo distingue precisamente hablar bonito... Las huevas...!!!! Pero en este pais de mierda, parece que el que habla fuerte ya perdió... Y es que si dices tu verdad en forma fuerte y clara, la gente cree que estás loco, eres un fumón o, en el mejor de los casos, no tienes la razón...

Tal parece que el peruano tiene un oido muy fino... ¿¿¿No...??? ¡¡¡... No me jodan...!!! Si lo que escuchan es bulla, no música, a volúmenes ensordecedores, esa música de mierda que es fusión de puras huevadas que andan escuchando tantos indígenas que enmarronecen el aspecto de nuestra ectoscopía...

Es así como mis ancestros españoles lograron conquistar este pueblo gallina... O ya se olvidaron que acá sólo llegaron 13 españoles, los "Trece del Gallo", y se dieron abasto para dominar un imperio de millones de aborígenes?

O se han olvidado que el rosquete de Atahualpa para salvar el pellejo a lo único que atinó antes de inmolarse fue en querer pagar un rescate levantando su mano para indicar hasta cuanto ofrecía de oro, todo para que no lo ejecuten... O que cuando viendo que la muerte era inevitable, no tuvo empacho de abdicar de sus creencias religiosas para convertirse al cristianismo, y no lo matasen... tan feo?

Ese es este país pues, lleno de indios rosquetes, que todavía tienen la concha de cantar "...donde el indómito Inca prefiriendo morir legó a su raza la gran herencia de su valor..." Que cínicos por mi madre...

Ya Gonzales Prada hace un siglo decía que debíamos romper con el pacto ínfame de hablar a media voz, pero lo seguimos haciendo. A los peruanos nos encanta el diminutivo, porque para todo empleamos el ito y la ita, tanto así que apenas salimos al exterior y nos lo escuchan ya sacan que somos de por acá... y esas son puras huevadas...

Acá a la gente no le gusta que le canten sus verdades, pero como carecen de argumentos para sostener su mal gusto, su suciedad, su ociosidad, y cuanta lacra los caracteriza, no tienen mejor pretexto que argumentar que los gritan, que los putean, que los humillan, que los maltratan, es decir, se victimizan... Y es así como pasan piola ante los demás, que no son más que una recua similar que termina por decir pobrecito, como lo cagan...

Ahora entienden por qué es que habemos tantos peruanos que no tenemos el más mínimo orgullo de ser llamados cholos...