sábado, 16 de agosto de 2008

Aborígenes en huelga

Un tarado de apellido Guimaraez, vice-presidente de la Asociación Interétnica de la Selva Peruana, un cogollo de aborígenes de la amazonía, salió a desautorizar la intervención del Ministro del Ambiente, Antonio Brack, quien fuera designado por el Presidente García para intentar el levantamiento de la huelga indefinida que estos indios vienen protagonizando.

Reclamaba este miserable que fuera a conversar con ellos el propio Presidente, para hablar "de apu a apu"; aduce radialmente que ellos preexistieron al estado peruano. Así que este imbésil cree que por eso está a la par que el mandatario.

Desde chicos nos enseñan en el colegio que nuestra historia es la del pueblo incaico, que vinieron unos españoles miserables y conquistaron estas tierras, que Pizarro era un chanchero, que lo mataron a Atahualpa, que se llevaron el oro, que nos oprimieron 300 años, y tanta huevada que seguro todos conocemos bien.

Va siendo tiempo que nos demos cuenta que esto no es más que una gran lacra que llevamos en nuestras espaldas, y que hasta se expresa en la estrofa apócrifa de nuestro himno. Para mí la cosa es muy simple.

  1. Si el señor Pizarro con los otros doce que formaron el grupo de los Trece del Gallo (que en realidad fueron 168) pudieron dominar a todo un pueblo, eso es un mérito, y no hace más que demostrar que se trataba de una civilización sub-desarrollada que podía, como fue, ser sojuzgada pese a la inferioridad numérica en que se hallaban los españoles.
  2. Si el señor era un chanchero, eso no hace más que demostrar que hasta un criador de porcinos podía conquistar este pueblo. Menos mal que no mandaron un general, o al menos un coronel, porque si no hubieran arrasado con toda la indiada de un solo porrazo.
  3. Si lo mataron a Atahualpa no fue por miserables, pues se trataba de una guerra, y había que descabezar al enemigo.
  4. Atahualpa tampoco fue un valiente, pues lo primero que hizo fue ofrecer oro para salvar el pellejo, y dándose cuenta que no podía, abdicó de sus creencias para convertirse al cristianismo, a fin de evitar una muerte más dolorosa.
  5. Que se llevaron el oro es una queja estúpida, porque en la historia del proto-Perú, los propios incas hacían cosas mucho peores, como arrasar poblaciones, violar mujeres, y extinguir la cultura de los pueblos sojuzgados al poder cuzqueño.
  6. Si oprimieron al Perú 300 años, hay que pensar que pudieron ser más, porque es sabido que el ejército Libertador era comandado por San Martín y luego por Bolívar, y formado por argentinos y chilenos en un principio, y por gran-colombianos después. Es más, las tropas realistas tenían más peruanos en sus filas que el propio ejército libertador.

Hay que reivindicar el papel de la conquista en nuestra historia. Yo les pregunto a los que me leen si preferirían tener una tez tan oscura, tener nombres impronunciables, hablar quechua, no conocer la rueda ni los caballos, chacchar coca hasta embrutecerse, adorar al sol o a las montañas; en otras palabras, si quisieran seguir siendo aquello que muchos en Europa y otras partes del mundo hasta ahora piensan cuando llegan de turistas, que nos van a encontrar en ojotas y con plumas.

Empecemos a ser agradecidos con quienes nos transculturizaron, con quienes dieron origen a esta nueva nación, con quienes nos dieron a conocer y que nos convirtieron a la civilización occidental, y no adoptemos poses ridículas, como la de erradicar la estatua de Francisco Pizarro de las inmediaciones de la Plaza de Armas, porque gracias a ese chanchero somos un pais, y estaba ahi no en tanto su oficio primigenio, sino por lo que logró: volver de estas tierras el virreynato más importante de América, y la cuna de varias naciones.