miércoles, 9 de abril de 2008

Subsumir... Que tal huevadaza....

Resulta que alguna vez me llamó la atención escuchar por la tele que a algunos condenados en Estados Unidos se les aplicaba penas de 700, 800 y hasta 1000 años. Yo estaba chiquillo y no entendía, pero tenía mi papá abogado que me explicó que en los "yunaites" las penas se iban sumando una tras otra hasta completar una cierta cantidad de años.

Le pregunté si lo mismo ocurría en Perú, y me dijo que no, que las penas menores se "subsumían" en la más grande; es decir, si cometías varios delitos purgabas la pena mayor, y ésta incluía las penas menores. No me lo explicaba, así que lo cuestione, y mi padre me respondió que nuestro derecho penal tiene un afán resocializador, es decir, asume que el hombre es potencialmente regenerable, y por eso tampoco existía cadena perpetua, al menos cuando me dio estas explicaciones.

Han pasado los años, mi padre aún vive, y tiene sus mismas ideas. Yo en cambio, lego en derecho, soy un médico en ejercicio. No tengo pues su formación legal, pero igualito que entonces, me parece un hueveo. Y lo digo porque no me parece justo que purgues condena simultánea por varios delitos. Imagínense un tremendo criminal, que haya cometido un montón de delitos, puede estar en cana menos tiempo que alguien que se desgració sólo una vez, pero que mereció mayor pena.

Ahora bien, yo me pregunto, si la ley esta hecha así, y ya te clavaron una pena bien alta, sabiendo que tienes otros procesos en que la pena máxima es inferior a la que estás purgando, por qué seguir con el resto de los procesos? No les parece un desperdicio de tiempo y de dinero, gastando en jueces, amanuences, secretarios, abogados, etc, etc, etc.?

Claro está, los abogados no dicen nada, porque no les convendría, se quedarían sin juicios, y a ellos lo que más les conviene es que hayan un montón para seguir cobrando. Este es el cuento de ellos, de eso viven, y seguramente por eso es que no quieren que las penas se vayan sumando, porque puede también ocurrir que el acusado, ya encarcelado, con una tremenda pena, diga para qué voy a seguir gastando en abogado si me voy a pudrir acá en la cárcel? Mejor que los otros procesos los asuma un defensor de oficio, que no cobra o, sí lohace, cobra el mínimo. En ese caso también se perjudicarían los leguleyos.

Esta es la cruda realidad de la "ilustre" profesión del derecho, y digo ilustre porque su colegio profesional se hace llamar "Ilustre Colegio de Abogados de Lima". Hasta ahora no sé por qué el título de ilustre, pero ahí está. Más bien, habría que ilustrarlos, pero en sentido común. No les parece?