viernes, 17 de abril de 2009

Menores Inimputeables

Digo bien: inimputeables... porque nadie los puede mantener en cana una vez que cumplen su mayoría de edad.

En Argentina, un fumón de 14 años le clavó 9 tiros a un padre de familia en frente de sus hijos. Como es lógico, salen a hablar los disque "expertos", unos que proponen rehabilitarlos y otros que quieren que se reduzca el tope de edad para declarar la inimputabilidad.

Lo cierto es que en el estado de cosas actual, este miserable va a salir del reclusorio de menores ni bien cumpla los 18. ¿Qué se puede hacer con este problema, que es de nunca acabar? ¿Quien nos garantiza que saldrá de "maranguita" bueno y sano? Nos permitimos plantear una propuesta.

¿Acaso si un menor de edad sostiene relaciones sexuales de las que resulta un embarazo puede desentenderse de su acto y eximirse de responsabilidades futuras respecto a su prole? ¿O van a ser sus padres, osea, los abuelitos de la criatura, los que sigan cargando con el peso de criar al inocente nieto? Obviamente no. El menor progenitor tendrá que asumir de lleno sus responsabilidades ni bien adquirida su mayoría de edad.

Bajo este mismo principio se enmarca nuestra propuesta. Que los menores que delincan sean efectivamente recluidos en centros de readaptación acordes con su edad, y que durante el tiempo que dure su internamiento y hasta los dieciocho años sean evaluados por comités multidisciplinarios, que permitan saber si están en condiciones de incorporarse, progresivamente, a la sociedad.

Y digo progresivamente para que se les haga un seguimiento hasta los 21 años, en que culmina su etapa de responsabilidad restringida, en la que nuevamente se pueda dictaminar si pueden constituirse en ciudadanos adultos de pleno derecho, quedar en libertad, y marchar por un camino correcto.

Caso contrario, de no superar estas evaluaciones, deberían ser remitidos a un penal, a fin de cumplir la condena que les corresponda de acuerdo a su delito.

Este procedimiento beneficiaría a los menores realmente menores, puesto que contarían con más tiempo de readaptación, y en cambio perjudicaría especialmente a aquellos con edades "borderline", ya muy próximas al límite, y que encuentran así el escudo perfecto a su impunidad.

Ojalá tanto las autoridades como los verdaderos conocedores del derecho puedan tomar en cuenta estas ideas, y resulte algo mejor de lo que actualmente tenemos por ordenamiento jurídico y protección social.