Por decisión expresa de la familia de la difunta Alicia Delgado, su ahora reconocida pareja sentimental, Abencia Meza, se tuvo que conformar con velar uno que otro atuendo de la fallecida artista vernacular.
Hay justificadas razones para la determinación asumida por la familia Delgado, en especial por su propio hijo, las que paso a detallar:
- El muerto "muerto está", asi que no cuenta si quería o no que fuese la amante de marras, cosa que por lo demás nadie puede saber a ciencia cierta.
- El velorio y el entierro son para unir a la familia doliente, la gente que tiene un lazo eterno e indisoluble con ella, incluidos la madre y el hijo de la fallecida.
- La razonable duda que existe respecto al causante de la muerte es justificada, y dados los antecedentes recientes de violencia doméstica entre ambas, nadie en su sano juicio puede descartar a la Meza como sospechosa, menos aún los dolidos familiares de la occisa.
- Dejar que vaya sería permitir que los dolientes, su sangre, su madre, su hijo, tengan que soplarse la presencia de alguien a quien (sea o no culpable) seguro consideran sospechosa.
- Esto es un funeral y no un juicio, donde te asiste el derecho de que asuman tu inocencia hasta no demostrar tu responsabilidad. El único titular del derecho de soportar o no a alguien en una contingencia como ésta es su hijo, y si a éste no le da la gana de que vaya la Meza, es su derecho; o acaso a alguno de ustedes le gustaría que alguien que no les simpatiza y de quien guardan razonables dudas respecto a la autoría directa o indirecta de un crimen, se zampe en el entierro de la pobre víctima, más aún si se trata de su propia madre?
En lo personal creo que la actitud de la familia resulta absolutamente razonable, porque se sustenta estrictamente en lo que todos hemos sabido a través de los medios de esta relación lésbica, donde la Meza era el "chito", incluidos los abusos y las palizas, y la Delgado la pasiva, sufriente mujer que término sus días violentamente asesinada por un "amante" (se detectó esperma reciente en la vagina de la víctima), quizás alguien que vino a darle lo que la Meza jamás podría, o que homofóbicamente tomó sabe Dios que clase de venganza.
