martes, 30 de junio de 2009

Viva el "Golpe" en Honduras

Los dos principios básicos que rigen la relación entre los pueblos han sido los de No Intervención y Libre Determinación. En términos sencillos esto quiere decir que nadie tiene por qué ocuparse de problemas ajenos, y que el soberano de cada pais es libre de dictaminar su destino como mejor le parezca.

El señor José Manuel Zelaya, depuesto Presidente de Honduras, accedió al poder por elecciones democráticas, en representación del histórico Partido Liberal. Su accesitario, el Vice-Presidente Elvin Santos, renunció hace un tiempo al cargo por impedirle presentarse como candidato a las elecciones de noviembre próximo.

Zelaya adhirió hace un tiempo a la iniciativa chavista, pretendiendo modificar la Constitución Hondureña por vía de un referendum. Al no lograrlo, dado el criterio unánime de la Corte Suprema, el Tribunal Electoral, la Procuraduría General y la Defensoría Popular, decidió efectuar una encuesta que denominó "referencial y no vinculante", a fin de saber si el soberano quería o no ser consultado en los comicios de noviembre próximo respecto a la formación de una Asamblea Constituyente (la famosa 4ª ánfora, porque las 3 clásicas son para elegir Presidente, Alcalde y Diputado Nacional).

El Jefe de Estado Mayor Conjunto hondureño decidió acatar la resolución de la Corte Suprema, y no hacer entrega de las boletas de la encuesta de marras en las mesas de votantes. Por este hecho, Zelaya lo relevó de sus funciones aduciendo insubordinación. Lo que vinó después fue la destitución de Zelaya por el Congreso y su expatriación, a cargo del ejército nacional, que no hizo más que cumplir la resolución del parlamento.

Si se tratara de un golpe de estado convencional, el presidente sería ahora un cachaco, y no lo es, sino quien le toca en la linea sucesoria, en una situación como ésta en la que el vice-presidente renunció hace casi un año. Es más, Roberto Micheletti ha garantizado los comicios para el mes de noviembre y la sucesión constitucional para enero próximo, conforme al cronograma electoral regular del pais centroamericano.

Deportado a Costa Rica, Zelaya se ha ido a proteger en el faldón sandinista, y el propio Chávez ha amenazado con invadir Honduras, sin que Zelaya diga nada de semejante pretención. Estamos pues ante el primer episodio de un pais que se dio cuenta de las oscuras intenciones de estos dictadores de pacotilla, comunistas del siglo 21, que aprovechan la democracia como un medio y no como un fin, para perpetuarse en el poder y convertir a sus paises en republiquetas al servicio del mono con metralleta Hugo Chávez Frías, como lo son ahora Bolivia, Ecuador, Nicaragua, y quizás el Perú, si cae en las manos del impresentable Ollanta Humala.

Si esto es un golpe de estado, democráticamente decimos, Viva el Golpe!