martes, 9 de junio de 2009

Pizango Fuji-tivo

Como no podía ser de otra manera, el miserable de Alberto Pizango, ese aborígen que se ha enriquecido a costa de "donativos" a la ahora tristemente célebre AIDESEP, terminó refugiándose en una de las embajadas de los paises títeres del "mono con metralleta" Hugo Chávez.

Luego de haber sido el delfín del otro pelele bolivarista (no bolivariano) Ollanta Humala y de su recua de impresentables congresistas (léase Supa, Obregón, Cajahuanca, Miro Ruiz, Mekler y Abugattás), fue debidamente encubierto, para luego terminar depositado en la sede diplomática del pro-comunista gobierno de Managua.

Todos creíamos que iba a ser el adefecio de Evo Morales quien lo asilara, pero era obvio que la policía le había cerrado el paso hacia la sede antiplánica, optando por arrastrarse a los faldones de Daniel Ortega.

Tremendos criminales todos estos miserables, que han instaurado regímenes dictatoriales en ya varios paises víctimas de la ideología Fidelista, la de ese viejo llorón que ahora no quiere aceptar una invitación para reincorporarse a la OEA.

La sangre de nuestros valerosos efectivos sacrificados como animales en Bagua, reclama justicia y sanción ejemplar, y pasa por poner en el banquillo de los acusados a estos miserables que se la han pasado dos meses asuzando a unos chunchos ignorantes, que se creían inafectos de las leyes peruanas, pretendendiendo seguir con sus ancestrales y ahora demostradamente salvajes costumbres, muy diferentes de las reglas de la civilización occidental, a las que la inmensa mayoría de peruanos nos acogemos.

La población del Perú esta ya advertida de cual es el destino que nos espera si seguimos dando pávulo a candidaturas que disfrazadas de democráticas no hacen más que conducirnos por un nuevo sendero, ya no luminoso, sino absolutamente oscuro, como es el que pretenden los nacionalistas y todos sus ayayeros de la izquierda extremista.